¿Qué pasó con Palm?

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Se fue con pena y sin gloria.

Apenas a principios de este año algunos de la prensa especializada fuimos invitados a una “Partida de Rosca” con la gente de Palm, se llevó a cabo en las oficinas ubicadas en las Lomas en un moderno edificio corporativo. En ella el director general de la firma en México, José Ignacio Gallego, nos habló de manera muy optimista sobre los planes y logros de Palm en México y vaticinó un “resurgimiento de la marca”.

La Treo Pro acababa de ser presentada en México (tuve la oportunidad de probar una por varias semanas), estaban anunciando el sistema operativo WebOS (desafortunado el nombre para nuestro mercado, si alguien me hubiese pedido la opinión) mientras que en Internet corría la noticia como lumbre de que la Palm Pre era (ahora sí, decían) la iPhone Killer.

Era el último esfuerzo de Palm para regresar por sus fueros y se antojaba que podría hacerlo.

Recuerdo que en esa junta, al partir la rosca, los que obtuvieron el “muñequito” recibieron un regalo y, luego de lo que fue una charla muy relajada, el ejecutivo nos dijo que estuviéramos pendientes ya que la presentación de la Pre iba a ser espectacular.

Pasó el tiempo y la Palm Pre no llegó; a pesar de las especulaciones y los avisos de “ya merito” los únicos que pudieron adquirirla fueron algunos que las compraron del otro lado y las desbloquearon.

Apenas hace unas horas me comentó una persona de la agencia que llevaba las relaciones públicas a Palm que la empresa ya cerró su operación en México (dejando solo una pequeña oficina para mantener presencia) y que el éxito de Blackberry había sido la causa de que la Pre ni siquiera viera luz en nuestro país.

Uno de los primeros Gadgets que tuve fue una Palm 515 razón por la que le tenía cierto cariño a la empresa. Ocurrió que nunca pudo recuperarse de su propia ineficiencia, la firma se durmió en sus laureles mientras que Apple, Blackberry y hasta Nokia se ponían las pilas. Palm ya está fuera de México y, a nivel mundial,  se está quedando fuera de un mercado que, para bien y para mal, ayudó en gran manera a consolidar.

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