Gracias a una encuesta de Motorola, (“Quiz Phone Life Balance”) realizado a 9,000 adolescentes mexicanos se descubrió que la mayoría de ellos tiene encendido el celular las 24 horas. Por su carácter portátil, el teléfono móvil es la pantalla que más acompaña a los jóvenes durante el día. Todos los chicos llevan el celular a la escuela, lo utilizan en todos sus tiempos libres y duermen con el teléfono en su habitación. Los estudios internacionales dicen que es la tecnología que los chicos más valoran y la que más lamentarían perder si mañana desapareciera. El celular es la pantalla principal en sus vidas y, en un futuro muy cercano, se convertirá también en la única.
Por eso, los chicos están tan pendientes de su teléfono. Según una encuesta online, realizada este año, derivada de la campaña de Motorola #PhoneLifeBalance que está enfocada en concientizar a la población de utilizar la tecnología como una herramienta para reconectar con lo que realmente importa y del que participaron 9,000 adolescentes del país, 9 de cada 10 chicos de 10 a 19 años revisan su celular tan seguido, que nada cambió desde la última vez que lo vieron. Ante la pregunta “¿Con qué frecuencia revisas tu celular y nada cambió desde la última vez que lo habías visto?” solo un 3 por ciento dijo que nunca le pasó. En el otro extremo, 6 de cada 10 aseguraron que les pasa siempre o muy frecuentemente y un 30 por ciento dijo que le pasa algunas veces.
¿A qué se debe que los chicos revisen el celular con una frecuencia tan alta que no les permite encontrar nada nuevo en la pantalla? La respuesta –dice la doctora Roxana Morduchowicz, especialista en cultura juvenil, consultora de Unesco y autora del libro Ruidos en la web- “es la necesidad que tienen los adolescentes de estar permanentemente conectados. Esta es una marca de identidad juvenil: saber que están disponibles para sus amigos, algo que les da pertenencia a un grupo y que fortalece su vida social, dimensiones fundamentales en esta etapa de la vida”.
El principal uso que hacen los adolescentes de Internet –en su celular- es comunicarse con amigos. Necesitan estar comunicados todo el día (y para muchos, toda la noche). Sentir que sus amigos están siempre presentes. Y ellos, para sus amigos. Por eso suelen dejar abierto su perfil en las redes sociales toda la noche, “por si alguien aparece o se conecta”.
“Las tecnologías han creado nuevas formas de sociabilidad entre los adolescentes La comunicación por Internet no anula ni sustituye la vida social de los jóvenes en el mundo real. La mayoría utiliza las redes sociales para comunicarse con gente que ya conocen. La comunicación a través de la pantalla complementa la sociabilidad cara a cara. No la desplaza ni la reemplaza”, agrega Morduchowicz.
Los padres pueden hacer algo para que sus hijos no estén tan pendientes del celular –explica la especialista. En primer lugar, diversificar las actividades para el tiempo de ocio de los chicos: que, además de estar con sus smartphones, puedan ir a una plaza, a un club, a un cine, a un museo, a un teatro. La diversidad enriquece el capital cultural. En segundo lugar, una buena respuesta es crear un código de uso de las tecnologías en la familia, estableciendo tiempos y momentos libres de pantallas.
Siempre teniendo en cuenta que esta necesidad de estar pendientes y comunicados a través del celular forma parte de la cultura juvenil del siglo XXI.