Tuve, el pasado miércoles, la gran oportunidad de realizar una muy amena charla con Alexandra Castro, quien es Vicepresidenta de Comunicación para las Américas de Bell & Ross una de las empresas relojeras más importantes del mundo.
Un auténtico placer el de platicar con una mujer con una de gran vitalidad, cultura y presencia, quien habla de su historia y de cómo una ama de casa egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación llegó a un puesto que la ha enfrentado a grandes retos, la ha llevado alrededor del mundo y, sobre todo, le ha dado grandes satisfacciones.
El motivo de la entrevista fue la presencia de la firma en el Salón Internacional Alta Relojería México y fue precisamente en ese apasionante entorno, en los hermosos salones del St. Regis, donde pude conocer a la ejecutiva.
Bell & Ross, nos explica Alexandra, aunque no participa con una presencia de marca en el SIAR, viene a hacer la presentación de dos relojes que normalmente no se envían a puntos de venta debido a que son piezas de edición limitada.
Dos creación muy exclusivas con las que apoyan a un evento que es de gran trascendencia no sólo en México sino que también en toda Latinoamérica.
Para Bell & Ross el mercado mexicano es de suma importancia ya que el usuario mexicano tiene un conocimiento muy amplio de lo que es la relojería y el mundo de lujo del reloj -un universo de mucha tradición- y es uno de los artículos favoritos para regalos o la conmemoración de eventos importantes.
La marca francesa presentó dos espectaculares piezas:
Por una parte, el BR-X1 Skeleton Tourbillon Sapphire: un reloj sin caja realizado con dos placas de zafiro que sostienen tanto la maquinaria (de Dubois-Depraz) como la esfera y las agujas. Una edición sumamente especial de la que sólo se realizaron ocho piezas.
El segundo modelo es el BR-X1 Military con caja de titanio verde (el color es el del metal) con movimiento de tipo X, también hecho por Dubois-Depraz, que presenta una sofisticación más elevada que la línea principal y, en este caso, una edición limitada a 250 relojes.
Por supuesto que estos no son los modelos más representativos de la marca, su objetivo es otro, sin embargo son una muestra que Bell & Ross puede competir en el mercado de muy alta gama.
Cada marca tiene una identidad particular y, como comenta Alexandra, las piezas de Bell & Ross cuentan con un aspecto muy particular ya que se puede saber que es un modelo de la marca desde lejos, “un reloj inspirado en la aviación con elementos diseñados para los profesionales de la acción; creados para estar en el campo de batalla”. Tal es la confiabilidad y la fuerza de sus modelos que la marca es la oficial del ejército francés.
Alexandra termina la entrevista con una mirada al futuro ya que, según su punto de vista, la industria de la relojería tradicional seguirá siendo de suma importancia en el mundo -así como en México- a pesar de la llegada de los relojes digitales.
Cada uno de estos, comenta, cumple una función específica y, en un mundo en el que la tecnología parece ocupar todos los nichos, un reloj hecho a mano por un maestro relojero seguirá siendo una pieza de gran valor y formará parte de la tradición de varias generaciones.
“El placer de marcar el tiempo en una pieza análoga brinda una gran satisfacción; es como los libros: los lectores digitales son muy prácticos, pero nunca lograrán el placer, el olor o el tacto de un libro de papel” afirma de manera muy segura Alexandra, “…si yo le fuera dar un reloj a un hijo mío a manera de recuerdo por un evento especial y que, lo heredará después a sus propios hijos, no pienso en un reloj digital”.
Sin lugar a duda, una magnífica opción para quien requiere de un reloj creado para ser confiable a pesar de desempeñarse en medios duros o difíciles. Piezas cuya fuerza es visible desde muy lejos y que nunca pasarán de moda.
Bell & Ross es una empresa francesa, afincada en París, pero que utiliza tecnología suiza para sus increíbles creaciones.