Lo que sabemos del cometa 3I/ATLAS

Descubierto en julio de 2025, el cometa 3I/ATLAS, es el tercer objeto interestelar confirmado que visita nuestro sistema solar. Su trayectoria hiperbólica, composición inusual y presencia de vapor de agua lo convierten en un fenómeno astronómico sin precedentes.

Un visitante de más allá del sistema solar

El cometa 3I/ATLAS fue detectado el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS en Río Hurtado, Chile, como parte del programa de alerta temprana de impactos financiado por la NASA. Su designación “3I” indica que es el tercer objeto interestelar identificado tras 1I/ʻOumuamua y 2I/Borisov, lo que lo convierte en una rareza cósmica.

A diferencia de los cometas tradicionales, que orbitan el Sol en trayectorias elípticas, 3I/ATLAS sigue una órbita hiperbólica, lo que significa que no está ligado gravitacionalmente al sistema solar y se alejará para no volver jamás.

Composición y estructura: una cápsula de lágrima

Las observaciones del Telescopio Espacial Hubble revelaron que 3I/ATLAS posee una estructura peculiar: una cápsula de polvo en forma de lágrima que se desprende de su núcleo helado. Esta forma sugiere una dinámica interna distinta a la de otros cometas, posiblemente influenciada por su origen interestelar.

Además, científicos de la NASA y la ESA detectaron presencia de vapor de agua en el cometa, un hallazgo sorprendente dado que se encontraba aún lejos del Sol. Esto sugiere que su núcleo contiene hielo altamente volátil, lo que podría ofrecer pistas sobre las condiciones físicas en otras regiones de la galaxia.

Trayectoria y aproximación

El cometa alcanzará su perihelio (punto más cercano al Sol) el 29 de octubre de 2025, momento en el que será objeto de estudio intensivo por parte de astrónomos. Aunque pasará cerca de la Tierra en términos astronómicos, no representa ningún riesgo de colisión, según confirmaron agencias espaciales internacionales.

Su velocidad orbital en el perihelio se estima en 68.3 km/s, mucho mayor que la de cometas típicos, lo que refuerza su carácter interestelar.

Interés científico y cultural

La visita de 3I/ATLAS ha generado tanto entusiasmo como desinformación. En redes sociales han circulado teorías sobre señales extraterrestres, profecías y conspiraciones, todas desmentidas por la comunidad científica. Sin embargo, el interés legítimo por este cometa radica en su capacidad para revelar información sobre la formación de sistemas planetarios más allá del nuestro.

Estudiar su composición, comportamiento y trayectoria puede ayudar a entender cómo se forman los cometas en otras partes de la galaxia, y qué tipo de materiales existen en regiones que nunca hemos explorado directamente.

El cometa 3I/ATLAS es más que una curiosidad astronómica: es una ventana al espacio interestelar, una oportunidad única para estudiar materia que no pertenece a nuestro sistema solar. Su paso por las cercanías del Sol este octubre será seguido de cerca por telescopios en todo el mundo, y sus datos podrían redefinir lo que sabemos sobre la química y dinámica de los cuerpos celestes que vagan entre las estrellas.

 

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