Me acaba de llegar, para realizar una evaluación, el nuevo Nokia N97 y con motivo de ello me animo a escribir una entrada que ya quería hacer desde hace un tiempo.
Mientras a mi me gusta probar y usar los equipos más nuevos tengo una esposa a la que la tecnología no parece importarle de la misma manera que a mi. Debo de decir, en su defensa, que para mi el asunto de los gadgets raya en la religión por lo que, simplemente no entiendo su actitud antes estos:
Vean y disfruten. Un Nokia modelo 8210 que salió a la venta (por lo menos en Estados Unidos) en 1999; la friolera de 10 años, el siglo pasado, el milenio pasado… Tal como le ven sigue en uso por mi querida cónyuge y éste es muy intenso.
Si uno lo agita parece una sonaja (algo suelto se mueve en su interior) y todavía tiene programado el molesto timbre pre-configurado (creo que nunca se ha cambiado) y que a mi me va a costar mucho trabajo sacar de mi subconsciente (sobre todo cuando suena en momentos nada propicios).
Aunque la parte superior ya resiente el paso del tiempo, está sumamente rayada debido a años de viajar junto con los miles de otros objetos que una bolsa femenina puede contener (estoy seguro que ahí adentro hay un molcajete) y que, al contrario de éste valiente 8210, tengo la certeza de que ya descansan en el olvido.
Algo que me llama la atención es el teclado que, tal como parece en la fotografía, es perfectamente legible y útil a pesar de haber tecleado millones de teléfonos.
En lo que a funcionamiento se refiere el teléfono está intacto, hace y recibe llamadas, la pantalla funciona a la perfección, todas sus funciones trabajan de manera normal y todavía es posible jugar «viborita«.
Desde que lo tiene, estoy hablando que data de los alrededores del año 2002, éste ha sido el teléfono de planta de mi mujer y la ha acompañado a todos los lugares (en México y el extranjero) que ha estado. Hasta la fecha su timbre (odiado timbre) suena varias veces al día ya que ella basa su trabajo en el teléfono y, literalmente, no puede vivir sin el 2810.
Me he cansado de decirle que lo cambie, le he regalado teléfonos, sin embargo mis intentos han fracasado; mucha gente tiende a quedarse con los artículos con los que se siente a gusto y mi mujer es una de ellas.
Si algo tiene este pequeño teléfono (salido de una caja de Corn-Flakes, le digo a manera de crítica) es que es sencillo de usar y altamente confiable, tiene una magnífica recepeción y es prácticamente a prueba de explosiones nucleares.
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que el Nokia 8210 es uno de los mejores equipos celulares que jamás se hayan hecho; este lleva 7 años aguantando el recio manejo de una mujer activa que es madre (de hijos que les gusta jugar con cualquier cosa, incluyendo el teléfono de mamá) además de emprendedora que basa buena parte de su negocio en la telefonía móvil.
Le ha salido bueno; vamos a ver como se ve el N97 en el 2019
