A prueba el Creative Zen Stone

Esta semana hemos estado probando el Creative Zen Stone, un reproductor de MP3 que tiene varias características muy interesantes.

Lo primero que llama la atención a la hora de desempacarlo es que incluye de fábrica una funda (skin) y un clip para colocarlo en la ropa. El artefacto es sumamente pequeño y discreto, ideal para viajes en transporte público y para tenerlo guardado en una bolsa. Este que estamos manejando es negro, pero existen cuatros colores disponibles.

Para comenzara utilizarlo es necesario instalar en la computadora un software para agregar música. Este se utiliza de forma sencilla y solo hay que elegir los archivos y ponerlos directamente en el reproductor.

Una vez cargada la batería y la música el Creative Zen Stone cuenta con dos mandos: al frente uno circular con el botón de play que sirve para encender el reproductor y para comenzar a escuchar. El botón redondo alrededor del principal sirve para adelantar y regresar así como para subir y bajar el volumen.

Cuenta con otro botón en la parte lateral que es donde está la parte más creativa del Zen Stone; éste sirve para seleccionar de que forma queremos escucharla música: esta puede ser ejecutada de manera aleatoria (shuffle) o se puede navegar a través del inventario.

Aquí lo ideal es guardar las canciones en carpetas (agruparlas por estilo, intérprete o cualquier otro acomodo) al deslizar el botón a la función de carpeta automáticamente cambiará a la siguiente, de esta manera podemos seleccionar la música a escuchar y no esperar a que salga de manera aleatoria.

El Creative Zen Stone también cuenta con una pequeñísima bocina que, aunque no es la ideal para escuchar música, sirve como guía si no se quiere usar los audífonos o para presumir al vecino lo que estamos escuchando; en mi caso personal la he usado para escuchar podcasts donde la calidad de audio no es tan importante como el contenido.

El precio sugerido del reproductor es de 900 pesos y la verdad es que es un aparato con muy buenas características; no está supeditado al shuffle, tiene la capacidad de reproducir casi cualquier archivo de audio, no necesita de un programa en específico para manejar los archivos almacenados y goza de dos magníficos Gigabytes de espacio en disco duro. Es pequeño, portatil y muy discreto.

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