Los dioses deben de estar locos

American Gods – Amazon Prime Video

Basada en la multipremiada novela de Neil Gaiman, esta serie tiene ese factor que ha hecho populares a otras series. Al terminar el primer capítulo -cuando nuestra cabeza deja de girar- nos perfora la mente una sola pregunta: «¿Qué es lo que acabo de ver?»

Shadow Moon (Ricky Whittle) está por salir de la cárcel cuando le avisan que su esposa, a quien extraña con toda el alma, acaba de morir junto con su mejor amigo en un accidente de auto. Por esa razón le permitirán abandonar la prisión unos días antes.

En el viaje se encontrará con aerolíneas carentes de empatía y compañeros de viaje extraños; acaba en un asiento de primera clase junto a un personaje muy particular que, de la nada, le ofrece trabajo.

Rumbo al funeral de su esposa se encontrará con otros personajes extraños -con poderes sobrenaturales- que, por alguna razón, ya lo conocen y no dudan en hacerle diferentes propuestas.

Los capítulos de esta serie están armados de una forma curiosa los primeros dos -ese es el adelanto hasta ahora- comienzan con una introducción ubicada en el pasado (primero un grupo de vikingos y después un barco de esclavos en el siglo XVIII) para desde ahí retomar la narrativa.

También, de forma eventual, el director nos lleva a una historia alterna en la que una voluptuosa mujer afroamericana seduce y ¿consume? (no hallo la forma de describir lo que les pasa a las personas que hacen el amor con ella) diversos compañeros sexuales.

Durante el transcurso de cada capítulo vemos imágenes obsesivas de fuego, animales místicos e incluso personajes dentro de contextos prácticamente incomprensibles. Por el título podríamos deducir que una especie de guerra entre divinidades se está gestando y que Shadow mucho tiene que ver con ésta, sin embargo, hasta ahora la historia se antoja un poco enredada pero con la promesa de que pronto todo comenzará a tener sentido.

Creo que “American Gods” está en un punto (apenas en sus inicios) en la que seduce por el misterio que representa su trama -un poco como de “The OA”- por lo que puede transformarse en todo un evento o un rotundo fracaso.

Mientras eso ocurre cada capítulo me dejó con esa sensación de que acababa de ver algo muy extraño, pero a la vez, con ganas de saber más de la historia de Shadow.

La producción es brutal, con gran cantidad de efectos especiales y esa cinematografía fantástica que le da un toque místico a las escenas que otros resolverían de una forma más sencilla, más vulgar. Cuenta con una mezcla de realismo pero que no duda en lanzarse a las profundidades de una imaginación muy desbordada.

American Gods tiene todas las posibilidades y, si los guionistas se ponen las pilas y los productores no deciden hacer planes para regresar por miles de temporadas, seguramente se transformará en una de esas series de las que todo mundo habla.

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